1.3- LAS VANGUARDIAS EN ESPAÑA

En torno a la I Guerra Mundial (1914-1916), surgieron en Europa una serie de corrientes literarias que pretendían crear un arte nuevo y original y que se conocen como vanguardias: futurismo (1909), el expresionismo (1911), el cubismo (1913), el dadaísmo (1916), el surrealismo (1924). En España tuvieron especial importancia el creacionismo (1916), el surrealismo y, de forma autóctona, el ultraísmo (1918).
El nombre de Literaturas de Vanguardia fue acuñado durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) para designar a una serie de inquietudes artísticas que se sitúan en la "avanzadilla" cultural del momento (de allí procede el nombre de vanguardia).Los movimientos vanguardistas se presentaron como corrientes alternativas juveniles rupturistas, provocadoras y voluntariamente minoritarias. Algunas vanguardias dejaron una profunda huella en el arte posterior; sin embargo otras fueron muy efímeras. Su mayor logro fue imponer la libertad total del artista, herencia que ha beneficiado todo el arte posterior  (El movimiento tuvo una intención de ruptura con todas las convenciones literarias anteriores y una actitud provocativa, fruto del rechazo a los gustos burgueses y comerciales dominantes).
  
 LAS VANGUARDIAS


Todos estos movimientos tienen algunas características comunes: Internacionalismo, antitradicionalismo en continuo cambio, buscan la originalidad, la individualidad, la diferencia, la novedad, es un arte intelectual, minoritario y dirigido solamente a aquellos que son capaces de comprenderlo, es un arte fiel a su época y por eso refleja el espíritu de su tiempo: las máquinas, el progreso, la técnica (fotografía, telégrafo, la locomotora, la electricidad, el teléfono, el cine) , las diversiones, el deporte, el humor. Pero también refleja los aspectos más negativos de la sociedad moderna, es un arte fundamentalmente feo, el primero en acentuar de forma general lo grotesco en nuestra cultura occidental, es un arte deshumanizado, desprovisto de sentimientos y pasiones humanas, busca la espontaneidad. Las ideas y objetivos principales a seguir se expresaban en manifiestos expresivos y chocantes en las que el autor fundador daba su visión sobre el nuevo movimiento.

Las Vanguardias del siglo XX



CALIGRAMAS


       En España las vanguardias aparecieron hacia 1908 con Ramón Gómez de la Serna y se difundieron rápidamente, al contrario que otras corrientes extranjeras anteriores. Los autores que se adhirieron al movimiento participaron activamente en tertulias, además de fundar numerosas revistas especiales que promovieron las distintas modalidades. Se practica una literatura de “evasión”. Estamos en el momento de lo que Ortega llamó la des­humanización del arte. El clima es semejante en Espa­ña, que había permanecido neutral en la contienda eu­ropea.
        Las vanguardias se difundieron gracias a la publicación de revistas y  tertulias que se realizaban en cafés Son famosas las tertulias del Café de Pombo, presidida por «Ramón Gómez de la Serna», o la del Café Colonial, en torno a Cansinos-Asséns. Las revistas más destacadas son la Revista de Occidente (creada en 1923 por Ortega) y La Gaceta literaria, fundada en 1927 por Giménez Caballero y Guillermo de Torre.
        En literatura, las vanguardias tienen como pionero a Ramón Gómez de la Serna, que funda en 1908 la inquieta revista Prometeo, donde publica, ya en 1910, un manifiesto futurista. Y desde entonces, no dejará de difundir las novedades del panorama europeo. Los autores hispanos contribuyeron a la lista de vanguardias con dos estilos: el creacionismo y el ultraísmo.
      El Creacionismo fue extendido por el chileno Vicente Huidobro a partir de 1918. Defiende la pérdida de la función referencial del lenguaje (referencia a la realidad) como medio para alcanzar la belleza, la poesía no debe alcanzarla reflejando lo terrenal, sino símbolos lingüísticos con belleza propia. Los principales autores del creacionismo fueron Gerardo Diego con Imagen y Creacionismo, y Juan Larrea con Oscuro dominio y Visión celeste.

      El Ultraísmo surgió en la misma época que el creacionismo, pero más que un movimiento independiente fue la manera de los autores de denominar al conjunto de las vanguardias europeas, concentradas en su mayoría en un solo poema. Así pues el ultraísmo se basa en la metáfora, prescinde de ornamentos superfluos, usa neologismos y tecnicismos (futurismo), presenta imágenes chocantes (dadaísmo) y dispone los poemas de forma plástica (cubismo), entre otros. Guillermo de Torre fue quien lo introdujo y también su máximo exponente.
 

       Finalmente, el surrealismo (cuyo manifiesto data de 1924 y no es una vanguardia genuinamente hispana) surge como una evolución del dadaísmo que ensalza la imaginación y el sueño (influencia de Freud) a favor de la irracionalidad y la escritura automática (André Breton) como modo de expresar el mundo interior del artista. Es la corriente vanguardista que serviría de apoyo para el nacimiento del grupo poético de la Generación del 27,  puesto que recogía las emociones, la angustia y la rebeldía contra la sociedad moderna en forma de imágenes irracionales. Todo ello rompía con el ideal de pureza y belleza establecido durante el periodo novecentista.  


        En el desarrollo del Vanguardismo español pueden distinguirse cuatro etapas:
ETAPA I-  De 1908 a 1918. En 1909 publica Ramón Gómez de la Serna su ensayo-manifiesto El concepto de la nueva literatura. En 1918 viene a España el poeta chileno Vicente Huidobro, portavoz de las vanguardias parisienses y líder del Creacionismo.
ETAPA II-  De 1918 a 1925 (ó 1927). Comprende desde la llegada de Huidobro hasta los primeros contactos con el Surrealismo. Son los años presididos por el Ultraísmo (en 1919 se publica el Manifiesto Ultra) y el Creacionismo. Predomina el optimismo vital, el juego, la exaltación de la modernidad y la deshumanización.
ETAPA III - De 1925 (ó 1927) a 1930. La influencia dominante del Surrealismo inicia un proceso de «rehumanización». Comienza a observarse cierto pesimismo y hasta una angustia ante los efectos «deshumanizantes».
ETAPA IV- De 1930 a 1936. Tras algunos intentos de coordinar vanguardia estética y vanguardia política, las «urgencias» de este último tipo llevan al fin del Vanguardismo español.

RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA


       Para concluir, dedicaremos unas líneas al pionero de las Vanguardias en España, RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA, quien nació en Madrid en y murió en Buenos Aires, donde residía desde la guerra-civil, en 1963. Vivió entregado exclusivamente a su trabajo de escritor. El mundo le resultaba un circo grotesco, describible sólo en términos de humor, con un poco de amargura.
Tanto su obra como su vida son una perpetua ruptura con las convenciones. Pronuncia conferencias vestido de torero, celebra un banquete en un quirófano, u organiza otro en el que sólo se consumen medicamentos... Lo extraño, lo anormal, lo grotesco, lo provocativo, definen el ambiente en que crece su obra.
      Ramón es, así, una auténtica encarnación del espíritu y de las actitudes de la vanguardia. Como sabemos, en las revistas de la época o en su tertulia de Pombo defendió y difundió el arte nuevo. Ya en 1909, en El concepto de la nueva literatura, acusa «el cansancio de las formas antiguas» y propone «un iconoclastismo de concepto» y una «disociación de las prosas».
      Su obra extensísima tiene como eje y base la greguería. Con este nombre designó un género inventado por él hacia 1910. La greguería se basa en una metáfora audaz, inesperada, insólita y humorística, es decir, breves e ingeniosas asociaciones que transforman la realidad. Son juegos de ingenio originales, que no pretenden plantear temas trascendentales o comprometidos. Algunas son chistes: «Hay unas beatas que rezan como los conejos comen hierba.» Otras son filosóficas: «Nos desconocemos a nosotros mismos, porque nosotros mismos estamos detrás de nosotros mismos.» Otras son de un denso lirismo: «De la nieve caída en el lago nacen los cisnes.»
      Además de sus greguerías, en la obra de Ramón se incluyen multitud de relatos breves y varias novelas. Su novela más famosa es El torero Caracho (1927). También compuso biografías, memorias, ensayos, etc.