La
renovación de la lírica en el fin de
siglo: Rubén Darío, Antonio Machado.
Dice Manuel Machado que hay un
periodo en nuestra historia que ha sido “terrible” para las artes españolas, en
general, y para la poesía, en particular. Se refiere el poeta al largo periodo que transcurrió entre la muerte de Alfonso XII (1885) y los últimos
desastres coloniales (1898).
A finales del siglo XIX el panorama poético en España era más bien
pobre. Tras la muerte de poetas destacados como Zorrilla, Campoamor y Núñez de
Arce, la poesía española parecía estar llegando a su fin. Fue entonces
cuando, como consecuencia del ansia de liberación, surgió un nuevo movimiento
poético que buscaba la renovación de la poesía vieja y gastada de finales
del siglo XIX: el Modernismo.
Este movimiento poseía principalmente tres influencias: la de los románticos
como Bécquer y Rosalía de Castro, de la que se obtuvieron valores como el
individualismo y el subjetivismo; la de la
poesía francesa, de la que se adaptaron corrientes como el parnasianismo y
el simbolismo; y la del Modernismo americano ( José Martí, M. Gutiérrez Najera, etc), que aportó la brillantez y
la sensualidad en la poesía.
Antonio Machado (1875-1939), nacido en Sevilla, profesor de francés en el Instituto de Soria y muerto en el exilio en la ciudad francesa de Collioure, fue, en su primera época, un gran representante del Modernismo en España. Su obra Soledades (1903) refleja un profundo intimismo repleto de símbolos, utilizando un estilo sencillo. En etapas posteriores, Machado se apartó de la corriente modernista, escribiendo lírica de carácter más descriptivo e histórico.
Podemos dividir su creación en tres etapas:
En el Modernismo se
trataron varios temas diferentes,
cuyas finalidades pueden resumirse en el anhelo de la armonía, la plenitud y la perfección
y con la búsqueda de raíces. Un tema muy recurrido fue el de la desazón romántica, consistente en el rechazo de la sociedad
presente, el malestar común, con
manifestaciones de tedio y profunda
tristeza, y la exaltación de las pasiones
y lo irracional por encima de la razón. Surgieron símbolos como el otoño o el crepúsculo.
El segundo tema tratado fue el escapismo, consistente en la evasión espacio-temporal del autor:
frecuentemente se hacían referencias a paisajes exóticos y a tiempos remotos,
tales como la Edad Media, el Renacimiento o el siglo XVIII; lo que se tradujo
en la aparición en los poemas de elementos propios del género fantástico: ninfas,
perlas, elefantes, caballeros, etc.- Dentro de este tema puede
encuadrarse también otros temas muy recurridos: el cosmopolitismo, consistente en la evasión del autor a ciudades con
carácter aristocrático, como París;
y el americanismo, consistente en el
cultivo de temas relacionados con los indígenas americanos en busca de raíces.
Como consecuencia de éste, también apareció el interés por lo hispánico,
como un sentimiento de solidaridad de los pueblos hispánicos contra el
creciente poderío americano.
Se cultivaron también los temas
del amor y el erotismo, pasando desde amores imposibles, lánguidos y
melancólicos, hasta escenas eróticas desenfrenadas, que
pueden interpretarse como otro método de desahogo de los autores.
EL MODERNISMO LITERARIO
A diferencia del Modernismo en otros
países, España se caracterizó por poseer
un Modernismo (1885-1915) menos brillante y más intimista que el que tuvo lugar en otros países; destacando autores como Antonio
Machado, Juan Ramón Jiménez y Valle-lnclán. El principal precursor del movimiento
en España fue el nicaragüense Rubén
Darío
Biografía de Rubén Darío
Poemas de Rubén Dario - Audiciones
Rubén Darío (1867-1916). Nació en Metapa (Nicaragua). Su verdadero
nombre era Félix Rubén García Sarmiento. Poeta precoz, su vida transcurrió
entre el periodismo y la literatura. Hombre cosmopolita y amante del placer,
sus viajes lo convirtieron en difusor del modernismo. En 1893 viajó a Chile y
a Buenos Aires, donde trabajó en los periódicos La Nación y La Prensa y en la
revista El Mercurio de América.
Llegó a Madrid en
1899; allí conoció a Villaespesa, Valle-lnclán y Juan Ramón Jiménez. Al año siguiente se trasladó a
París. Volvió a España en 1908, como ministro de su país. Debido a la
crisis nicaragüense, se marchó de nuevo a París. A partir de 1912 viajó por
Suramérica y Europa. Murió en León (Nicaragua).
Destacamos del poeta nicaragüense obras como Azul, Prosas profanas
o Cantos de vida y esperanza.
En 1888 se publica Azul., que incluye cuentos breves («El rey burgués», «La ninfa», «El rubí», «El velo de
la reina Mab»...) y unos pocos poemas. El libro,
producto de la lectura de la poesía francesa, crea un mundo de hadas, princesas, centauros, cisnes y fuentes. El léxico
poblado de objetos exóticos, la
exquisitez aristocrática, el culto parnasiano de «el arte por el
arte», implican un rechazo de la
realidad burguesa, en la que Darío no quiere integrarse.
En 1896, Rubén Darío publicó en Buenos Aires Prosas profanas, libro que deslumbró tanto por sus innovaciones
métricas como verbales. Por un lado, Prosas profanas
continúa la línea de evasión aristocrática de la realidad, y por otro,
retoma la preocupación social de la primera época. En sus versos,
Darío cuestiona qué es el arte, el placer, el amor, el tiempo, la
vida, la muerte, la religión, la creación poética... El tema por
excelencia de Prosas profanas es el del placer erótico, que no excluye el
sacrificio y la pena. En este poemario, la imagen femenina adquiere diversas
formas de la naturaleza: tigre, paloma, yedra, mar, colina...
AZUL - 1888 | PROSAS PROFANAS 1896 | CANTOS DE VIDA Y ESPERANZA - 1905 |
En 1905 se publica en Madrid Cantos
de vida y esperanza, que suma nuevos temas a los de libros anteriores. En esta obra, Darío
manifiesta una expresión más sobria, aunque no elimina palabras
brillantes ni innovaciones métricas.
ANTONIO MACHADO
I y II
I y II
Antonio Machado (1875-1939), nacido en Sevilla, profesor de francés en el Instituto de Soria y muerto en el exilio en la ciudad francesa de Collioure, fue, en su primera época, un gran representante del Modernismo en España. Su obra Soledades (1903) refleja un profundo intimismo repleto de símbolos, utilizando un estilo sencillo. En etapas posteriores, Machado se apartó de la corriente modernista, escribiendo lírica de carácter más descriptivo e histórico.
a) Un primer período está representado por sus dos obras inaugurales Soledades (1903) y Soledades, Galerías y otros poemas (1907) en estas obras primerizas vemos ya la sencillez formal, la correlación entre el paisaje y el estado de ánimo, la expresión onírica, la tendencia al nihilismo y la presencia de símbolos que evocan el paso del tiempo.
b) La segunda etapa, fruto de su contacto con Soria, incluye Campos de Castilla (1912) poemario que para buena parte de la crítica es su obra maestra. Campos de Castilla no ofrece una descripción, sino una interpretación. El simbolismo vuelve aquí a ser el punto de partida aunque se afiance el tono narrativo y el intimismo de la primera etapa. La muerte como culminación es tema esencial cuando se refiere al fallecimiento de su esposa.
c) Tercera etapa. Nuevas canciones (1924) Cancionero Apócrifo de Abel Martín, poeta y filósofo producto de su propia invención, y "Canciones a Giomar". Durante el conflicto del 36 escribe "Poesías de guerra" y a partir de ahí lo que crece es su producción prosística, que en 1957 se reúne bajo el título Los complementarios, aunque su mejor obra es Juan de Mairena, colección de artículos y diálogos a manos de Mairena, filósofo y poeta inventado.
1903 | 1907 |
c) Tercera etapa. Nuevas canciones (1924) Cancionero Apócrifo de Abel Martín, poeta y filósofo producto de su propia invención, y "Canciones a Giomar". Durante el conflicto del 36 escribe "Poesías de guerra" y a partir de ahí lo que crece es su producción prosística, que en 1957 se reúne bajo el título Los complementarios, aunque su mejor obra es Juan de Mairena, colección de artículos y diálogos a manos de Mairena, filósofo y poeta inventado.
Otro gran representante del Modernismo en España fue el gallego Ramón María del
Valle-Inclán (1866-1936), nacido en Pontevedra, profesor de la escuela de Bellas Artes de
Madrid e integrante del Consejo Nacional de Cultura durante la II República. Al igual
que Machado, Valle-lnclán se incorporó a la corriente modernista en su primera etapa,
escribiendo prosa como las Sonatas o teatro como El marqués de Bradomín.