Relato V (Daniel Berenguer)

V.




Mi nombre es Azne, tengo 11 años. Este mundo en el que yo vivo es muy distinto al vuestro; la especie humana ha cambiado en la forma de pensar, en sus costumbres, en su habla… La infancia en la que aún estoy viviendo yo es un desastre, y todo esto ha ocurrido por no estar presentes los libros en nuestra vida.


Os voy a relatar la historia que mi padre me contó y que, supuestamente, es cierta:


Los científicos a lo largo de la vida han creado máquinas que ninguna persona que viviera años atrás se lo creería por nada del mundo. Y si te paras a pensar un poco comprenderás que máquinas como el submarino, las naves espaciales… fueron descubiertas gracias a los libros. Pero, ¿y si no existieran esos libros y sus autores?


En el laboratorio de Madrid se propusieron crear una máquina del tiempo, en secreto, para que en un futuro, si funcionaba, la gente no la pudiese robar y cambiar el presente. Tardó veinte años en construirse, y se gastaron 100.000 millones de dólares. Al probarla, vieron que no funcionaba y pensaron que sería imposible crear una máquina tan compleja, así que la dejaron en una mina abandonada a unos 5 kilómetros bajo tierra. En el año 2.380 todo se había olvidado y la ruta hacia aquel invento se borró del mapa.


Marco y Lucía buscaban restos de las antiguas poblaciones por el desierto de Monegros, cuando, de pronto, encontraron una especie de entrada; los dos se quedaron alucinados y, sin avisar a nadie, decidieron entrar. Justo en la entrada se podía observar que aquello era una mina de carbón. Más adelante vieron un tipo de ascensor; al ver que funcionaba, se montaron y presionaron el botón rojo. Tardaron una hora en bajar; cuando se detuvo, los dos bajaron con temor a asfixiarse. A lo lejos se veía una especie de platillo volante, con un enorme número de botones. Marcos, con interés de saber qué podía se aquel objeto, presionó el botón que más saltaba a la vista. Paso un minuto y no ocurrió nada, así que decidieron volver a ascender. Mientras iban hacia el ascensor, notaron como todo empezaba a moverse y, después de unos segundos de terror, se apagaron las linternas. Todo estaba lleno de oscuridad. De pronto, vieron una pequeña luz que salía de aquella máquina. Se acercaron sigilosamente y una voz imprevista les dijo:


Señalen el año al que quieren viajar o lo que quieran cambiar del pasado.



Los dos se quedaron atónitos. Lucía, como era una niña que está obligada a leer libros, dijo en voz alta: “Que no haya libros en el mundo”. A su padre no le dio tiempo a taparle la boca, y los dos se desmayaron dentro, probablemente por la falta de oxígeno.


Se despertaron fuera de la mina y ninguno recordaba nada, así que volvieron a caminar hacia su casa. Excepto la niña que podía recordar alguna cosa.


Al llegar, Marta, que era su madre, les dijo que empezaban a suceder cosas extrañas: los libros empezaron a desaparecer uno a uno, por lo que al cabo de un par de días desaparecieron todos. Si uno intentaba escribir algún libro o cualquier frase, éste empezaba a volar y desaparecía en el cielo. Al no poder educar a los hijos con libros, al no tener información del pasado y de investigaciones nuevas, toda la historia cambió.


Esta historia se ha ido pasando de generación a generación y se está intentando buscar la manera de encontrar aquel objeto que puede llevarnos al pasado y cambiar el rumbo de la historia…



¡FIN! O IGUAL NO



Daniel Berenguer, 2ºE.S.O.