Relato IV (Ivan Buil)

IV.



Guillermo es un reportero al que le gusta la aventura. Hace muchos años que viaja por todo el mundo conociendo gentes y culturas.


En su última expedición fueron a un pequeño rincón del sur de África. Allí se encontraron con tribus de indígenas que los miraban a ellos y a su helicóptero como bichos raros. Guillermo enseguida se dio cuenta de que nunca habían visto un helicóptero ni a personas con la piel blanca. Se entendían con gestos, y los reporteros les decían con señas que querían ser sus amigos. Les enseñaron un mapa del mundo, indicándoles el país de donde venían. Los indígenas no habían visto nunca un mapa, ni un libro: se quedaban impresionados cuando les veían escribir y leer. Guillermo y sus amigos decidieron quedarse allí una temporada, porque pensaron que sería interesante enseñarles cosas y también aprender cosas de ellos.


Los niños fueron los primeros en querer aprender cosas de los reporteros. Les hacían fotografías, donde después se veían, y les hacía mucha gracia. Les enseñaban libros con dibujos y los niños los miraban extrañados: jamás habían visto un libro. Los indígenas estaban descubriendo cosas nuevas, y los reporteros se sentían importantes al poder enseñarles.


¿Cómo sería un mundo si no hubiese libros? Sería triste no poder aprender a leer ni a escribir; sería triste no poder leer cuentos a los niños. Así debían de sentirse aquellos africanos. Guillermo y sus compañeros estuvieron unos días allí. Después, volvieron otra vez a su país, pero prometiendo volver con libros para que conocieran cosas del mundo. Así lo hicieron. Al cabo de unos meses, volvieron a África, con las ayudas que habían recaudado de los Gobiernos. Llevaron medicinas y voluntarios para enseñar a los niños a leer y a escribir, porque no debe haber nadie en el mundo sin libros, gracias a ellos sabemos muchas cosas importantes.


Los voluntarios sabían que no sería una tarea fácil, pero tenían mucha ilusión



Iván Buil, 2º E.S.O.