Relato XV (Pablo Orús)

XV.




Habían establecido el campamento en las inmediaciones de la ciudad abandonada. Las primeras expediciones se llevaron a cabo sin problemas y sin ningún descubrimiento remarcable. Sin embargo, el día 8 el grupo siete encontró algo interesante.


Estaba en medio del bosque. Era una especie de construcción primitiva, muy deteriorada por el paso de los años pero no destruida completamente. El grupo siete, es decir, Max, Carol y Jeff fueron enseguida a inspeccionarlo.


Sobre algo que se asemejaba a una compuerta deslizante, había una placa de hierro con unos extraños signos pintados encima. Carol tomó una foto.









BIBLIOTECA PÚBLICA





Max se acercó a la compuerta, pero obviamente no se abrió. No debía de tener batería. Con una piedra, Jeff rompió la compuerta (si es que podía llamarse así) y los tres entraron.


Estaban en una gran sala, en la cual encontraron nuevos signos:











1. NARRATIVA


2. NOVELA JUVENIL


3. POESÍA


4. ENCICLOPEDIA





Nuevamente, Carol hizo una foto. Linterna en mano, los tres comenzaron a inspeccionar la sala.


En las paredes había unas barras de hierro colocadas unas sobre otras pero dejando una distancia de 30 cm entre barra y barra. En cada separación había varios elementos. Parecían cajas, pero solo tenían un borde lateral al cual estaban adheridas una serie de placas de un material muy delgado y frágil. Sobre aquellas placas había miles de aquellos signos. Miles de ellos. Algunos de aquellos objetos, los más grandes de todos, tenían extraños dibujos con mucho color azul y verde.


El extraño objeto se repetía cientos de veces. Todo el edificio estaba lleno a rebosar de ellos. No eran exactamente iguales: algunos eran más grandes, más pequeños, tenían más placas, les variaba el color de la parte externa...


Max tomó algunos de ellos en su mochila, los más pequeños. Carol hizo fotos a la tapa de algunos de ellos: DON QUIJOTE DE LA MANCHA, LA ODISEA, LA CATEDRAL, VOLANDO SOLO, GRAN ATLAS MUNDIAL...


Jeff llamó a sus compañeros.


- Escuchad –dijo-. ¿Qué creéis que pueden ser?


- Podría tratarse de un instrumento para hacerse aire –dijo Carol.


- O tal vez fuera algún tipo de arma –dijo Max.


- Entonces, ¿esto podría ser algún tipo de arsenal?


- Puede –dijo Max.


- ¿Y si esto fuera una reserva natural? Tal vez se trate de algún animal extinguido y lo que tenemos ante nuestras narices son fósiles que se han conservado aquí. Algún tipo de molusco...


- Podría ser –dijo Jeff.


- Pero, ¿y los símbolos que vemos? –preguntó Max.


- A lo mejor es su signo distintivo, algo así como las marcas de la concha de una tortuga.


- Sigo sin verlo claro –dijo Max-. No veo ningún tipo de órgano en estos objetos. No parece materia viva.


- En fin, tal vez el maestro sepa qué es. Deberíamos ir recogiendo las cosas y volver ya al campamento. ¡Hoy es jueves! ¡Toca historia! –dijo Carol, muy contenta.


- ¡Es cierto! –dijo Jeff- Vayamos a informar de esto rápidamente. Don Eugenio no tardará en llegar.


Muy animados, recogieron todos los chismes rápidamente y abandonaron el edificio. Carol tomó una última foto a la extraña construcción. Mientras volvían al campamento, Max le dijo a Carol:


- Supongo que don Eugenio se habrá repuesto de su enfermedad.


- Me dijeron que anteayer ya se encontraba bien. Está mayor, el pobre –respondió-. Por cierto –dijo- ¿cómo se llamaba el protagonista de la historia que empezó hace un mes? El que talló la imagen del altar de la catredal...


- Es “catedral”, no catredal. Deberías saberlo, tantas veces como nos lo han leído. Se llamaba Telmo. Telmo Yáñez.



Pablo Orús, 2º E.S.O.