TRISTE NOCHE EN EL CEMENTERIO
No se esperaba nadie una muerte como aquella, fue visto y no visto.
Nadie se imaginaba que moriría en el cementerio, enfrente del nicho de su marido.
De repente, empezaron a caer aquellos rayos tan fuertes; todo el rato se oían aquellos estruendosos truenos; el cielo empezó a oscurecer por momentos; la mujer se encontró sola en el cementerio. Empezó a sentirse mal, no le dio tiempo ni pedir ayuda, su corazón dejó de latir, y se desplomó a los pies de la persona que más quería y amaba.
En la triste y oscura noche siguió lloviendo.
CLAUDIA COLÉN